sábado, 4 de febrero de 2012

TAN INSUFICIENTE

© Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com

Esta es mi furia, color verde ocre, amarga.
Esta es mi rabia, que punza, inclemente,
que se ofende contra estas letras indignas.
Palabras torpes para nombrarlas.

Por que Du’a, era muy joven y estaba sola.
Eran cuarenta, cincuenta hombres que la rodearon.
La golpearon, arrancaron su ropa, lanzaron rocas a su rostro.

Porque cuando dejó de respirar, ellos gritaron triunfantes.
Grabaron en video, con teléfono celular,
el hilillo de sangre que corría sobre el pavimento.

Porque Sali era una viajera, con su andar libre por la tierra,
pero ese hombre hirió su cuerpo y detuvo su paso en el tiempo.

Porque hace tres días Alí fue asesinada.
Usó un cuchillo contra ella, ése, que decía amarla.

Porque Iris tenía siete años cuando se la llevaron.
Porque su madre encontró el cuerpecito de su niña
en un bote para basura.

Esta es mi furia tonta; mi rabia negra, roja, que no basta.

Porque son, porque somos, demasiadas.
La cercanas, las que están lejos, las amigas, las cómplices,
las que hacen, las que rompen, las compañeras y las que no.

Porque es una muerte infame.
Tres minutos indignos en el noticiero de hoy.
Un par de días, la indiferencia, la injusticia absoluta.

Quién fuera el aullar resonante en todo espacio acústico.
Quién que llame en el viento, con voz potente,
a todas las que nos faltan: a Marisela, a Leticia, a Marcia, a Sara.
Hasta que nadie pueda negar la escucha.
Hasta que nadie pueda continuar viviendo, como si nada hubiera ocurrido.

Quién fuera el puño que se estrelle contra la roca, poderoso, incansable.
Quién que grabe, imborrable, a golpe de presente constante,
los nombres de Victoria, de Emilia, de Martha, de Jasmín, de Natalia.
Quién la fuerza para el combate contra el olvido.
Quién el castigo a todos los malditos.

Sin embargo, respiro esta furia,
Sin embargo, me alimento de esta rabia,
Porque este oficio de escribana a penas alcanza,
para este humilde dar testimonio de la pesadilla cotidiana.